Notas Boletín

Qué contenidos publicar en las redes sociales de nuestras pymes

Todos quieren (y deben) tener presencia en las redes, porque como ya lo dijimos en repetidas ocasiones, es allí donde están nuestros clientes. Por esta misma razón,  ante la cantidad de oferta que circula, es importante poder diferenciarnos sobre todo con contenido de calidad.

El aislamiento social y la nueva normalidad ocasionados por la pandemia del COVID-19 aceleraron un proceso que venía en alza: el de las compras y ventas por internet. Esto hizo que quienes se resistían a este cambio o a sumar esta modalidad a sus comercios, deban hacerlo de todas maneras. De lo contrario, hubiesen pasado meses sin estar en contacto con sus clientes.

Un dato no menos importante es que casi la mitad de la población mundial (3.800 millones de personas) utiliza actualmente las redes sociales. Entonces ¿por qué no estaríamos en ellas?

A pesar de esta realidad, es importante tener claro que estar en redes sociales no es lo mismo que vender. La ecuación no es directa, y hay que ser consciente de que esta modalidad lleva el mismo tiempo y dedicación que la venta presencial. Además, posee sus propios requerimientos de inversión de diversos recursos (humanos, financieros, temporales, etc.).

Dicen los expertos que quienes entienden que la finalidad de las redes sociales es conectar y no solo vender o promocionar, serán quienes triunfen. Por  eso es primordial conocer al público objetivo y ser creativos con el contenido que ofrecemos, de tal manera que sea más atractivo y relevante para ellos y así lograr que nos elijan y pasen a formar parte de nuestra comunidad.

Contenido de calidad

No se puede pretender que las redes de nuestros comercios funcionen solas con publicaciones de ofertas que solo buscan vender. Hay que ponerles impronta y hay que ponerles ganas. Las mismas ganas con que recibimos a nuestros clientes en nuestros negocios físicos. Aunque aquí la diferencia es que cuando alguien entró en nuestro negocio es porque está interesado en buscar algo que seguramente vio en vidriera o que sabe que tenemos. Sin embargo en redes, existen miles de opciones a la distancia de un click o un scroll.

De allí la insistencia de generar contenido que nos diferencie, que emocione, que genere empatía, en definitiva, que nos acerque a nuestra comunidad que al fin de cuentas será quien nos apoye. Y aquí hay que dejar claro que apoyar no es solo comprar; recomendar, compartir, nombrarnos, invitarnos a realizar un “vivo”. Eso es el apoyo que necesitamos y el que también vale.

Aunque al decirlo puede sonar pretensioso, lo cierto es que solo hay que pensar  en qué les serviría o gustaría ver a nuestro público y cliente. Por ejemplo,  ¿qué pasaría si tenemos un negocio de indumentaria y en vez de publicar solo fotos de las prendas disponibles, también compartimos la mejor manera de cuidar determinada tela, o de lavarla, o el aromatizante que usamos en nuestro negocio? Acá podemos pensar en que, si es un aromatizante que lo venden en un negocio local o lo hace algún emprendedor, nombrarlo para promocionarlo.

Así también pueden generarse acciones que nos vinculen con nuestros pares. Un ejemplo interesante, ahora que estamos en temporada de verano, sería hacer un vivo entre alguna farmacia, perfumería o estética y algún dermatólogo que pueda explicar qué tipo de protector es más recomendable según la edad, el tipo de piel, etc.

Sin dudas pensarlo de esta manera suena (y es) más atractivo que una placa donde se muestre el producto solo con su precio.

Uno de los beneficios que tienen  estas transmisiones en vivo, hoy muy utilizadas, es que permiten realizar consultas en tiempo real a quienes participan de ellas. Por lo que se vuelven más atractivas que un video o cualquier publicación estática.

Ubicuidad

También (y no menos importante) una de las características especiales que nos brindan las redes es que nos permiten llegar más allá de donde la cuestión física nos permitiría.  Nuestros contenidos pueden ser vistos por usuarios que se encuentren alrededor del mundo y así también, por qué no, podemos vender a lugares donde antes no lo hayamos hecho.

Lo importante es poner manos a la obra y asesorarse con aquellos que más saben del tema que serán quienes podrán guiarnos en lo que precisemos, por lo menos al principio de esta prometedora aventura que es el mundo digital.